miércoles, 16 de julio de 2014

XXVII Fiesta San Marina El Polvorín - La Bañeza



Nuevo fin de semana trepidante para la escuela con tres frentes abiertos, y los tres de sábado. Doble ración de carreras para los cadetes con el Trofeo San Benito en Igollo de Camargo y el Open Liébana en Potes, esta última perteneciente al calendario del Asturcántabro de BTT. Para los más peques el desplazamiento era a La Bañeza para el  XVII Trofeo Fiesta San Marina El Polvorín. Antes que entremos en faena con la entrada queremos agradecer a la gente del C.D. Ciclista Bañezano, el recibimiento y atenciones hacia los integrantes de la escuela desplazados.

Cerrábamos la entrada anterior con ganas de saber de las venturas y desventuras de los cadetes y Marcos Fernández, el chico del BTT, responde de la siguiente manera. 

OpenLiébana
Por Marcos Fernández
 
 “Esta carrera es una de las más duras que corrí este año, porque además de lo dura que es, hacía un calor horrible, y a mí el calor no me gusta para correr. Sumando esto más el lugar donde se estableció el recorrido (secarral angosto), dio el fatal resultado de lo que se suele llamar “una cagada de carrera”. En la salida tuve mala suerte porque los máster 50 salieron justo delante de nosotros y me frenaron, separándome del grupo de mi categoría (corrimos sólo 5, una pena). Conseguí pillarlos y posicionarme cuarto, al adelantar a un compañero que había caído. Los tres primeros se fueron, quedándome solo ante el peligro, pero el corredor que había caído, me pilló y me adelantó, acabando así la carrera.  Mal día, y eso que era mi cumpleaños!!!!”

¡Como si estuviéramos en un periódico! La crónica de Igollo está en proceso pero no llegó a tiempo. Así que nos quedará para otra entrada.

En La Bañeza todo se puede resumir en nuevas experiencias y no sólo para los chicos desplazados, ya que la labor de dirección le tocaba nuevamente a uno de los becarios, pero esta vez sin compañía de una voz experta. En cuanto a los chicos ésta era la primera experiencia fuera del circuito asturiano de escuelas, de ahí la intriga y las expectativas. Algún que otro chico o chica ya eran conocidos por los nuestros ya que el C.C. León suele desplazar a sus pupilos a tierras asturianas habitualmente, pero la gran mayoría eran desconocidos. La primera sorpresa para la expedición fue el tema de las categorías, pues en la vecina comunidad no dividen tanto las categorías como en Asturias, así que el día constaría de cuatro carreras: Pre-principiantes (Promesas A y B), Principiantes, Alevines e Infantiles.



Las carreras comenzaban con un poco de retraso con el horario previsto, que era para las seis, y cómo no con los más peques. En dicha categoría partía Diego Rodríguez dispuesto a dar dos vueltas al circuito pequeño. Esta vez, para que no hubiera problemas con la bici del crío como en Piedras Blancas (interrogado en Piedras tras la carrera dijo que no fue más rápido porque la bici no tenía gasolina) nos aseguramos bien de echarle gasolina en la misma parrilla de salida. Y sirvió, ¡vaya que sí sirvió! Dieron la salida y en su gesto habitual se levantó rápido mirando a sus rivales, para luego dar un par de pedaladas rápidas y seguras que le colocaban en cabeza del grupo. En la primera vuelta el grupo se estiraba y pasaban los primeros de uno en uno, con Diego en quinta posición y muy centrado en carrera, para la siguiente vuelta fue capaz de mantener la atención en lo que estaba haciendo y mantuvo la posición cómodamente. Terminaba contento, la moto no se había quedado sin gasolina y no tuvo que subir la rampa que esperaba a sus compañeros. Así que, helado y a disfrutar de las carreras de los demás entre juegos.



Para principiantes el circuito se complicaba, pasando ya al grande y a tres vueltas. Tras la salida de la plaza comenzaba una bajada callejeando con curva y contra curva, para llegar a un tramo de bajada más pronunciada y en curva que les llevaban a un repecho del 12%, lo que viene siendo una rampa de garaje, de ahí a meta leve subida y otra vez curva contra curva para entrar en meta sin apenas metros para un sprint. ¿Quiénes? Los de siempre, Selena Barreiro, David Ordiz y Gabriel Caso. Al tener las dos categorías juntas les tocaba ser de los peques de la carrera y esforzarse más aún de lo habitual para seguir el ritmo de los mayores. Los tres se ponían en parrilla tranquilos y sin presión alguna, se centraban en el paso de lista, dándonos una demostración de lo que ya van logrando, pues un par de años atrás se agarrotaban sólo con ponerse en la salida. Con el pitido de salida Selena y David cogían la cabeza de la prueba, Gabriel reaccionaba un poco más lento. Entraban en la bajada con David y Selena entre los cuatro primeros, Gabriel en el mogollón lo hacía en novena posición. Al primer paso por meta el dúo de los Coques, del que tiraba Selena, cedía un poco con los cuatro de cabeza. Pero quien más cedía, lastrado por un despiste matutino pues se había dejado las calas en casa, era Gabriel que pasaba en la decimotercera posición. En el dúo David pasaba a poner un ritmo y se distanciaba de Sele para las siguientes vueltas, pero dicho ritmo no era suficiente, pese a recortar, para dar caza al chico que llevaba delante. Sele pese a descolgarse un poco no cedía mucho y sólo perdía una posición. Gabriel en su línea recuperaba posiciones y llegaba inventándose un sprint por la octava posición, de tener un poco más de recta, ¿quién sabe? Los tres terminaron contentos pues vieron entrar tras ellos a chicos y chicas mayores, el circuito les gustó y se divirtieron.


Samuel Fernández, nuestro Alevín desplazado a la prueba tenía grandes dudas ¿Qué rueda seguir? ¿A quién controlar? ¿Dónde está Adrián? Y doce vueltas al circuito para responderlas. Al igual que los anteriores le tocaba sufrir con galgos más grandes que él, así todo estaba dispuesto a dar guerra. En los primeros metros de la prueba ya cogía la cabeza de la prueba a modo de vigilancia. En la primera vuelta un chico del C.C. León tomaba unos metros de ventaja, siempre con el grupo vigilante. Al entrar en el tercer giro dos chicos más reaccionaban a la entrada en la plaza. La distancia del grupo con los dos chicos, que cerraban el cajón, se mantenía para la siguiente vuelta, pero al paso por meta Samuel pasaba a comandar el grupo e instantes después se lanzaba en su busca. A partir de ese instante y hasta el final de la prueba Samu luchó por recortar la distancia con los de cabeza, rondando siempre los diez segundos. Sólo bien al final cedió un poco en su empuje y la distancia se fue a unos segundos más. Con una cómoda distancia con el perseguidor persistió hasta el final buscando un desfallecimiento del chico que llevaba delante. Al final cuarta posición, pero triunfo en las piernas, un duro entreno persiguiendo, y en la cabeza, pues en el circuito escuelas corre con la calculadora conocedor de las fuerzas y habilidades de sus rivales y en ésta ha tenido que tirar más de intuición y aprender a leer la carrera con otros actores.

Ganas y más ganas, hasta el punto de tener que hablar al chico al oído pidiéndole tranquilidad para un desconocido y pletórico Martín Fernández. El muchacho se presentaba en la salida con la mente hambrienta de sensaciones nuevas y un espíritu desconocido. Daban la salida y se ponía en cabeza del grupo, quería hacer algo grande. Por unas revueltas estuvo bien metido en cabeza, hasta que en un lance involuntario un rival le cerró y se vio retrasado a la cola del grupo. Durante tres vueltas esa fue su posición, siempre bien pegado al resto de participantes. En la cuarta vuelta Martín comenzó a poner mala cara y a ceder unos metros con el grupo y para la siguiente el gesto era aún más marcado, pero seguía manteniendo a duras penas la distancia con el chico que también se había descolgado del grupo. En cabeza empezaban a volar vuelta tras vuelta y para Martín, aquejado de la garganta y  con problemas de respiración, el calvario iba en aumento y no cesó hasta completar las dieciocho vueltas al circuito. Más recuperado minutos después de terminar la prueba recuperaba la sonrisa y disfrutaba al igual que sus compañeros de los últimos juegos antes de partir de regreso. Martín se trae de la expedición el peor resultado en lo deportivo, pero sin duda tiene que quedarse con esas ganas de competición y esas vueltas que se vio metido en el grupo y hambriento por intentar cosas desconocidas para él. Un gran paso para adelante Martín, rodar dentro del pelotón y encima en cabeza.

Como veis no ha habido pódiums, ni falta que hace. Todos se traen su pequeña victoria en la mochila, nuevas experiencias y como no, nuevas amistades.


En los siguientes enlaces podréis echar un ojo a las clasificaciones
Open Liébana (aquí)
Trofeo San Benito (aquí)
XVII Trofeo Fiesta San Marina El Polvorín (aquí)
Y como no, las fotos de los peques, montón de fotos para sólo seis Coques (aquí)


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